¿Cómo influye el ambiente de una clase en los resultados académicos de mis alumnos?

SI NOS SENTIMOS BIEN APRENDEMOS MÁS

El ambiente de una clase influye mucho en los resultados académicos de los alumnos.

Un mínimo de normas claras, objetivos, organización y soporte aceptados por todos, crea y mantiene el ambiente necesario para el buen aprendizaje.

El equilibrio entre la implantación de normas indiscutibles y necesarias para la enseñanza-aprendizaje, en algunas ocasiones la tolerancia y la flexibilidad, cuando no afectan a la buena marcha de la clase, constituyen el núcleo fundamental que facilita el clima de aprendizaje y dedicación al estudio, al tiempo que se genera un ambiente distendido, favorable a todo proceso de mejora y crecimiento equilibrado.

Y finalmente, la introducción de cambios en la forma de enseñar y aprender, mediante una metodología variada, hace más ameno y fácil el proceso de formación.

La integración de cambios innovadores en la interacción profesor-alumnos obedece a un doble objetivo. Por un lado, el de evitar la rutina y por otro, aumentar la dedicación al aprendizaje. La tendencia a la rutina, tanto en la enseñanza como en el aprendizaje, aburre, desmotiva y reduce el clima de aprendizaje, y seguidamente reduce la pasividad del alumnado y el aprendizaje memorístico.

La metodología variada y el comportamiento flexible del profesor, firme e intransigente en las cuestiones relevantes a nivel académico, pero tolerante o sensible a instancias que sean importantes para sus alumnos, genera un clima activo y motivador positivo para su formación.

ESTRATEGIAS PARA MEJORAR EL CLIMA DE APRENDIZAJE EN EL AULA.

Para aumentar la cohesión del grupo:
· Procurar que se tomen decisiones grupales;
· Favorecer las interacciones realizando trabajos en grupo;

Para favorecer el apoyo y comprensión:
· El profesor puede mostrarse confiado, asequible y abierto a los alumnos;
· El profesor puede procurar conocer y comentar, no sólo los problemas de la clase, sino también los personales que afectan directa e indirectamente al aprendizaje académico y profesional.

Para mantener un clima de orden favorable al aprendizaje:
· Servirse de programas y esquemas, incluso por escrito, para facilitar el aprendizaje sistemático y organizado;
· Recordar las normas y los compromisos con la frecuencia necesaria;
· Mantener las normas y acuerdos hechos colectivamente. En caso de posibles cambios, conviene discutirlo o razonarlo en la clase;
· Controlar el contenido del programa, de la metodología didáctica y la marcha de la clase, para reducir al mínimo la improvisación;
· Conviene recordar que el modo de control variable es el más eficaz: el profesor debería aprender a alternar el comportamiento basado en la autoridad con el democrático y flexible, según los casos y las necesidades. De este modo se consigue orden en los objetivos básicos pero se genera al mismo tiempo un clima de confianza y colaboración idóneo para la buena marcha del curso.
· Considerar que la metodología variada mantiene y aumenta la atención y la motivación.

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